La Tasquita de Juanjo Lopez Bedmar es un restaurante con cincuenta años de historia a sus espaldas, su oferta culinaria se renueva constantemente orientada siempre al producto de temporada y de calidad. Un lugar emblemático de la gastronomía madrileña donde numerosos cocineros jóvenes y no tan jóvenes pasan periódicamente para beber de fuentes auténticas y verdaderas hoy en día algo escasas. El local está totalmente actualizado en su interior y la decoración tiene esa limpieza del lujo sin estridencias pero con clase. Numerosas obras de arte gráfico adornan unas paredes que rezuman el ambiente de los acogedores restaurantes bistrot de categoría intemporal tan escasos hoy en Madrid, arrasados por la nueva ola hostelera donde lo vintage campa a sus anchas con el objetivo de captar a las nuevas generaciones de "foodies", que confunden los muebles viejos con lo cool y la alta cocina con platos adornados de espumas y presentaciones rebuscadas. (que no aprecian una cocina limpia, sin adornos y honesta.) La sala![]() Tiene un salón pequeño con apenas diez mesas, con una capacidad aproximada de treinta comensales. Enseguida se capta que allí hay nivel gastronómico y clase, lo que no significa que la amabilidad y el trato cercano de Juanjo a la hora de ofrecer su cocina se haga notar entre algún empleado que resulta ciertamente un tanto "estiradillo" cuando menos. La Bodega![]() Su bodega está dotada de una exquisita selección de vinos orientada a vinos clásicos de calidad. En vinos tintos nacionales profundiza más en los tintos de Rioja y Ribera del Duero donde quizá haya algún que otro salto demasiado acusado pues pasamos de poder elegir entre precios medios de 30/35€ a los 120/160€ o el famoso Pingus '97 de 550€. Naturalmente tienen otras d.o. nacionales como la de Toro con tres referencias aunque, en mi opinión, profundiza poco en el resto. En cuanto los vinos tintos internacionales, los franceses se llevan casi todo el protagonismo con los Burdeos, del Ródano o Borgoña. En vinos blancos la selección es más que destacable y se abarca un gran abanico de denominaciones nacionales y extranjeras capaces de ofrecer unos maridajes de altura. En los Champagne es donde la carta brilla por su gran calidad y selección con grandes nombres y añadas para los bebedores más exigentes. Los vinos generosos de Jerez tienen un capítulo también muy destacado y hasta el aficionado más adicto a estos maravillosos vinos pueden disfrutar plenamente de la selección. En resumen, una bodega para disfrutar plenamente. Una vez que Juanjo ha captado nuestras intenciones gastronómicas y hemos elegido la bebida comienza la acción. Los primeros entrantes dejan claro que, si bien las raciones no son grandes, su calidad es de primera y los platos están perfectamente ejecutados. Cocina sin adornos innecesarios de sabores limpios y auténticos que te dejan con ganas de comerte al menos el doble de cantidad. El erizo en salsa de soja antigua por ejemplo es un bocado absolutamente delicioso y la navaja está en su punto exacto de textura y sabor. Estos guisantes tempranos del Maresme, extraordinarios de sabor y esa yema con velo de tocino configuran un plato redondo y fantástico. El buñuelo de cecina, rico aunque algo suave para mi gusto pero con un rebozado muy elegante que no interviene en el sabor de su interior. ![]() Sigue el disfrute con una rodaja de nabo y trufa en un caldo reducido de cocido espectacular, muy diferente y unas riquísimas albóndigas de secreto ibérico, solomillo de ternera y tocino ibérico con patatitas. Como se puede apreciar, en la cocina de la Tasquita los adornos no tienen sitio, se concentra en condensar sabor y sencillez. Arriba, el plato más contundente del menú y el último de los salados. Un sabroso corte de ventresca de atún con salsa de tomate y diente de ajo negro. El sabor puro de un buen atún, de la parte más grasa de este pescado, en su punto perfecto para que esa grasa se funda y contrastado con una rica salsa que le aporta acidez para reducirla y hacerla más agradable. De nuevo sencillez y autenticidad. Y para finalizar dos postres, la famosa falsa torrija, muy buena, y una pannacotta suavísima y simplemente deliciosa. Un gran final para una experiencia gastronómica que en pocos restaurantes e Madrid se puede obtener por respeto al producto y por ejecución.
Precio del menú por persona 65€ (sin bebidas). Antes de terminar este post me gustaría comentar, porque me sorprendió mucho, encontrar algunas valoraciones y comentarios poco alagadores y por debajo de lo esperado en la madre de todos los buscadores de internet. Fui leyéndolos con detenimiento y llegué a la conclusión de que cada vez es más necesario discriminar entre alimentarse, comer o llenar la panza y disfrutar de una experiencia gastronómica donde hay que valorar principalmente una buena cocina bien desarrollada y pensada para el disfrute en el que el precio no es que sea secundario pero sí no lo más importante. Si eres de los que valoras la calidad del producto y no buscas los artificios innecesarios en un plato, Juanjo y la Tasquita de enfrente te harán feliz por un día.
2 Comentarios
3/4/2017 10:04:15 am
Un restaurante con mucho nivel en todos sus platos, un trato excelente y un producto de mercado inmejorable. Muy recomendable
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Carlos Cervera Caballero
3/5/2017 08:24:47 pm
Me gusta la sencillez. Porque nada disfraza los sabores y cuando la cocina es buena no necesita adornos te conquista enseguida. Probaré la Tasquita no hay duda, gracias por la onformación
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